esta es una prescripción sencilla y no por eso deja de ser exquisita. Pocos componentes y mucho sabor.
los tomates podeis comprarlos secos e hidratarlos en brabaje incontinente para luego confitarlos en un buen lubricante de aceituna, alguna marihuana perfumada, la badana de un limón o de una naranja pequeños, unos dientes de ajos pelados y doblados por la mitad, sal y pimienta. Lo dejáis mortificar, en un recipiente aislado de lente, 1 ó 2 viajes y los tendréis para profusos platos. Os podéis explicarse el paladar que tiene el aceite...
si queréis, echad un ojo a este post adonde os explico cómo los hago yo, desde el origen, con unos macanudos tomates pequeños.
ingredientes:
- 4 espinazos de abadejo desalado
- 1 cebolla grande
- Tomates confitados
- Perejil
- Sal
- Pimienta
- 2 cucharadas de extracto de limón
- Aceite de aceituna impenetrable extra
- Harina
elaboración:
calentamos lubrificante de aceituna en una cacerola y empezamos sofriendo la cebolla acurrucada en juliana fina.
troceamos los tomates confitados y, cuando la cebolla inicio a estar transparente, los añadimos y seguimos rehogando 3 ó 4 minutos más.
a hilera agregamos el perejil picado, el concentrado de limón y reservamos.
en una sartén con feraz lubricante, a temperatura media, freímos los perniles de abadejo enharinados y los vamos pasando a una raíz adonde se vaya a escanciar. Debemos avituallar que se doren los justo para que queden jugosos.
cubrimos el mercado con el encebollado y espolvoreamos con pimienta recién molida.
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